Hungría y Polonia

PROGRAMA

 

Suite de Háry János

Zoltán Kodály

 

Preludio: Comienza el cuento

El reloj mecánico de Viena

Canción

La batalla de Napoleón y su derrota

Intermezzo

Entrada de la corte del emperador

 

Chain 2*

Witold Lutoslawski

    

Ad libitum

A battuta

Ad libitum

A battuta – Ad libitum – A battuta

 

INTERMEDIO

 

Concierto para orquesta

Béla Bartók

 

Introducción

Juego de los pares

Elegía

Intermezzo interrumpido

Final

 

Director artístico: Eduardo Diazmuñoz

Solista invitado: Arón Bitrán

 

*Estreno en Monterrey

Programación sujeta a cambios

 

EDUARDO DIAZMUÑOZ

 

Es reconocido como uno de los músicos más versátiles y completos de su generación, además de ser considerado como un “músico completo” que conjuga el entrenamiento de la “vieja escuela” de dirección orquestal, con amor, pasión, compromiso y proclividad a innovar, aunados a una infatigable curiosidad musical que le ha llevado a estrenar más de 150 obras.

 

Algunas de sus composiciones han sido estrenadas y grabadas en México, Europa y Estados Unidos. También ha compuesto para cine, teatro y televisión. Ha dirigido a más de 110 orquestas, ha grabado más de 35 discos para 24 sellos, fundamentalmente promoviendo música mexicana. Tiene en su haber asimismo, dos discos de oro y uno de platino por sus ventas discográficas con El Tri Sinfónico.

 

En México son de buen recuerdo sus residencias con la Filarmónica de la Ciudad de México (de la que es miembro fundador), la OFUNAM, la OSEM, la Sinfónica Carlos Chávez, la Orquesta de Baja California, L’Academie Tecquepegneuse, que co-fundó en 1978 y la Filarmónica Metropolitana que fundó en 1998, éstas dos para proyectos especiales.

 

Ha sido galardonado con el Premio Nacional de la Juventud 1975; los cuatro reconocimientos otorgados por la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música de México, (1978, 1987, 1997 y 2002); nominado al Grammy Latino en tres ocasiones, obtuvo la anhelada presea en su tercera nominación; el Premio al Músico Internacional del Año 2003 por su promoción a la música nueva, otorgado por el International Biographical Centre con sede en Cambridge, Inglaterra; recibió la Medalla Mozart 2019 de la Fundación Sebastian y la Embajada de Austria en México.

 

En 2015 celebró 40 años como director de orquesta actuando al frente de la Filarmónica de Boca del Río. Dirigió la celebración por los 100 años del Conservatorio de Sidney, con la impactante obra de su mentor, Leonard Bernstein, Mass (Misa) en la legendaria casa de ópera de Sidney al frente de más de 400 músicos, cantantes y bailarines. Asimismo, en junio de ese mismo año dirigió al frente de OFUNAM, el estreno mundial de su más reciente composición sinfónica (Los inesperados caminos del espíritu), la cual estrenó localmente al año siguiente con la Orquesta Sinfónica de Xalapa.

 

Su compromiso con la educación musical ha quedado de manifiesto en varios países: en el Conservatorio Nacional, en la facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, en el Programa Nacional de Orquestas y Coros Juveniles y en la Academia Musical Fermatta en México.

 

En Francia, en la Société Philarmonique de París. En Estados Unidos, en la Escuela de Artes del Nuevo Mundo en Miami y en la Universidad de Illinois, en donde destacó como Director Artístico y Musical tanto de Opera at Illinois con tres producciones anuales durante una década, habiendo producido en ese lapso 38 óperas, como también la re-estructuración del Ensamble de Música Nueva, logrando consolidarlo como el de mayor calidad dentro de la Universidad y de la escena musical contemporánea en el estado.

 

De agosto del 2013 a noviembre del 2018, fue presidente del área de Dirección, profesor de los programas de maestría y doctorado en Dirección Orquestal, así como director artístico-musical y director titular de la Orquesta Sinfónica del Conservatorium de Sidney, Australia, posiciones que ganó por oposición internacional. Su regreso a México se da a partir de enero de 2019 como director artístico de la OSUANL, en Monterrey.

 

Estudió piano, violoncello, percusión y dirección en el Conservatorio Nacional pero antes de ingresar a éste, se dedicó al aprendizaje autodidacta de varios instrumentos. Cinco años después de haberse graduado, en 1983, decidió dedicar su energía y tiempo para dirigir y componer. Actualmente, trabaja en el proyecto que dejó inconcluso el compositor mexicano Daniel Catán, con su inesperado y prematuro fallecimiento en 2011.

 

Por todo lo anterior, el maestro Diazmuñoz es sinónimo de calidad, de precisión, de certeza, de innovación, de compromiso, de pasión y de audacia, cualidades que refrenda en cada una de sus presentaciones desde hace más de cuatro décadas.

 

ARÓN BITRÁN

 

Arón Bitrán, violinista nacido en Chile y naturalizado mexicano, estudió en el Conservatorio Nacional de México con Vladimir Vulfman y Luz Vernova y en la Universidad de Indiana, Estados Unidos, con Yuval Yaron y Joseph Gingold. Miembro de una familia de músicos, se presentó desde muy joven en diversos países de América Latina como primer violín de un cuarteto con su padre y sus hermanos.

 

Ha sido solista de las principales orquestas latinoamericanas, entre ellas la Sinfónica Nacional de Argentina, la Orquesta del Sodre de Uruguay, la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela, la Sinfónica de Chile, la Sinfónica de El Salvador, la Sinfónica de Costa Rica, todas las principales orquestas de México, así como las Sinfónicas de Dallas, San Antonio, Seattle, la Filarmónica de Los Ángeles y la Orquesta del Centro Nacional de las Artes de Ottawa, Canadá. Como solista de la OFUNAM realizó el estreno en México de Chain 2 de Witold Lutoslawski.

 

Ha sido maestro en la Escuela Ollin-Yoliztli, en la Universidad Carnegie-Mellon en Pittsburgh, y en la actualidad lo es de la Facultad de Música de la UNAM, el Conservatorio Nacional y la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Panamericana. Además ha impartido clases magistrales en diversas universidades de los Estados Unidos, Europa y América Latina.

 

Fue creador de la Academia Latinoamericana de Cuartetos de Cuerda, adscrita al Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles en Caracas, Venezuela. La Academia estuvo activa entre 2009 y 2013 y tuvo a su cargo a 10 jóvenes cuartetos venezolanos. Numerosos alumnos suyos ocupan hoy plazas principales en las orquestas de México y el extranjero, así como en los grupos de cámara más importantes del país. Ha sido el editor de dos libros de material didáctico para la enseñanza del violín basados en música autóctona de México, publicados por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (CENIDIM) de México.

 

En  2012, Arón Bitrán recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en reconocimiento a su sobresaliente labor en la promoción y difusión de la música latinoamericana y mexicana tanto en México como en el extranjero, así como por su trascendente labor académica y formativa.

 

Es miembro fundador, desde 1982, del Cuarteto Latinoamericano, grupo con el cual desarrolla una intensa carrera internacional, con giras por Europa, Canadá, los Estados Unidos, Australia, Asia y América Latina, así como una continua actividad de grabación para los sellos Dorian, Sono Luminus, Naxos, New Albion, Elan, Ensayo, Urtext, Quindecim y Luzam, con más de 85 discos compactos. Entre las grabaciones del Cuarteto Latinoamericano se encuentra la del Concerto grosso para cuarteto y orquesta de Julián Orbón con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela dirigida por Eduardo Mata. Con este mismo director grabó como solista los Conciertos de Brandenburgo de Bach con el ensamble de cámara Solistas de México. Cabe también destacar entre sus grabaciones la integral de los 17 cuartetos de Héitor Villa-Lobos en 6 discos compactos, para el sello Dorian. La discografía del Cuarteto Latinoamericano lo ha hecho merecedor de 6 nominaciones al Grammy, y ha sido galardonado con dos Grammy Latinos.

 

 

NOTAS AL PROGRAMA

Por: Juan Arturo Brennan

 

Suite de Háry János

         Preludio: Comienza el cuento

         El reloj mecánico de Viena

         Canción

         La batalla de Napoleón y su derrota

         Intermezzo

         Entrada de la corte del emperador

 

Suele ser costumbre que cuando un personaje legendario ha alcanzado solamente una fama local y no ha llegado a universalizarse, se le compare con algún personaje similar de arraigo más general. Un caso típico de esta situación es el de Háry János, personaje de la leyenda húngara. No es extraño, entonces, que cuando se pregunta por la identidad de Háry János, la respuesta sea: “Háry János es la versión húngara del Barón Munchausen.” Y como seguramente el barón fue la figura original, es pertinente contar algo de su historia (y su leyenda) para poder comprender mejor a Háry János.

 

Hoy se sabe de Munchausen y de su fama gracias a las famosas Aventuras del Barón Munchausen, una colección de pintorescas, inverosímiles y ciertamente mentirosas historias, basadas en las anécdotas contadas por un tal Karl Friedrich Hieronymus Freiherr von Munchausen, que vivió entre 1720 y 1797. Este Munchausen fue, entre otras cosas, un ávido cazador y deportista, y soldado de fortuna, empleo que hoy se conoce mejor con el nombre de mercenario. Allá por 1760, Munchausen se retiró a sus propiedades a vivir de sus rentas. Y de sus historias. La primera recopilación de las historias del Barón Munchausen apareció hacia 1783, cuando el narrador aún vivía. Se trata de una colección de 17 historias, atribuidas todas a él, pero algunas de las cuales pueden ser halladas en colecciones mucho más antiguas. La fama global de tales historias se debe a un tal Rudolf Erich Raspe, quien habiendo conocido a Munchausen en Göttingen, pirateó algunas de sus historias y las vendió a un editor londinense a cambio de algunos chelines. Hasta la fecha, las aventuras de Munchausen siguen siendo una buena fuente de material para historias infantiles y, en algún caso particular, para películas alucinantes.

 

En el año de 1925 Zoltán Kodály compuso y estrenó la primera de sus composiciones pensada y escrita para niños: un coro titulado Villo, el gitano come-queso. Este año marca, entonces, el inicio de la atención que Kodály daría durante el resto de su vida a la educación musical infantil. Al año siguiente de esta primera composición de carácter infantil, en 1926, compositor terminó la composición de su ópera Háry János, Op. 15. El Háry János al que se refiere el título es un antiguo personaje del folklore húngaro, un viejo soldado cuya imaginación desbordada lo lleva a contar aventuras imposibles y hazañas inverosímiles.  Se dice que Háry János y sus fantasías personifican y simbolizan las aspiraciones del pueblo húngaro, oprimido durante largos siglos y reprimido constantemente por las crudas realidades geopolíticas de la Europa Oriental. En 1927, un año después de terminar la ópera Háry János, el compositor tomó ciertos materiales de la obra, muchos de ellos de evidente raíz folklórica, y con ellos construyó una suite de concierto que hoy es más conocida que la ópera que le dio origen.

 

La primera parte de la suite funciona a manera de introducción; el narrador se presenta y comienza a contar sus historias. La segunda parte describe el Palacio Imperial de Viena, dentro del cual Háry János admira estupefacto el gran reloj musical a través de cuyo mecanismo se mueven gallardos soldaditos cada vez que la maquinaria da la hora. En la tercera parte, Háry János y su novia tienen un interludio romántico. Recuerdan las noches calladas que solían pasar en su pueblo, intercambiando antiguas canciones de amor. La cuarta parte de la suite nos habla de Háry János, el comandante de un regimiento de húsares que lucha contra el ejército francés. Háry János blande valerosamente su espada y los soldados enemigos caen como figuritas de plomo. Cuando ya no quedan soldados enemigos al frente, el mismísimo Napoleón encara al héroe húngaro. En feroz duelo, Háry János derrota a Napoleón, quien se ve obligado a arrodillarse y a pedir clemencia. Musicalmente, una marcha francesa de victoria es transformada por Kodály en un lamento fúnebre. La quinta sección de la suite es un intermezzo contemplativo sin ningún contenido anecdótico. La sexta y última parte de la suite nos ofrece una brillante e irónica marcha en la que Háry János describe, según su propia visión, la entrada triunfal del emperador y su corte a Viena.

 

Como dato interesante de trivia musical respecto a la suite de Háry János se puede mencionar el hecho de que la orquestación original de Kodály para esta obra requiere un cymbalom, antiguo instrumento de la Europa central emparentado de lejos con el salterio, el dulcimer, y el santuri de los griegos. En las ocasiones en que se interpreta Háry János en latitudes en las que no existe un cymbalom, y mucho menos quién lo toque, se suele recurrir entonces a un piano preparado. Es decir, un piano sobre cuyas cuerdas se han colocado objetos (casi siempre metálicos) para alterar el sonido original y acercarlo al del cymbalom. Como última observación respecto a esta obra, un comentario hecho por el propio Kodály respecto a su Háry János: existe una superstición húngara que indica que cuando uno escucha a alguien narrar algo, y estornuda, el estornudo es muestra inequívoca de la veracidad de la narración. Por ello, la primera parte de Háry János se inicia con una especie de estornudo musical. Así que por esta vez, y de acuerdo a la veracidad de la interpretación de hoy, estarán permitidos algunos discretos estornudos por parte del público. Favor de reservarlos para el final.

 

 

WITOLD LUTOSLAWSKI (1913-1994)

 

Chain 2

      Ad libitum

      A battuta

      Ad libitum

      A battuta – Ad libitum – A battuta

 

El violinista Arón Bitrán, encargado de realizar el estreno en México de Chain 2 de Witold Lutoslawski, hace los siguientes comentarios respecto a la obra:

 

Destaca sobre todo la habilidad con la que Lutoslawski resuelve la alternancia entre las secciones fijas y las secciones más libres. El compositor ha logrado esto haciendo que la duración sea el parámetro más libre en la obra, mientras que los demás parámetros están perfectamente acotados. La estructura de Chain 2 es tan sólida que el oyente no alcanza a percibir las transiciones entre las secciones libres y las secciones fijas. Esta estructura es especialmente grata porque permite al solista una buena dosis de libertad para explayarse con los materiales propuestos por el compositor. Las secciones libres están especialmente bien escritas, y siempre está claro qué pasa en cada momento de la obra y cómo hay que resolver cada una de estas secciones. Al mismo tiempo, Chain 2 requiere una enorme coordinación entre solista, director y orquesta para lograr los puntos de coincidencia precisa que Lutoslawski ha planteado en las secciones libres. La parte solista es muy compleja y, al mismo tiempo, muy brillante, porque está bien resuelta en cuanto a los registros elegidos por el compositor. En este sentido, el compositor ha elegido para cada momento de la obra el registro que permite la mayor proyección del violín. Esto, además, resuelve de antemano los posibles problemas de balance que pudieran presentarse entre el solista y la orquesta. En este sentido, ayuda mucho el extraordinario sentido de Lutoslawski para la orquestación; en distintos pasajes de Chain 2 el violín trabaja con las diversas secciones de la orquesta, y los resultados tímbricos son fantásticos. Esta es una obra accesible, placentera e interesante no sólo para el que la escucha, sino también para el que la interpreta; es una obra en la que Lutoslawski, en plena madurez, estaba totalmente seguro de su lenguaje y de sus recursos técnicos y expresivos.

 

A su vez, el compositor escribió un escueto pero muy completo texto respecto a Chain 2, obra central de una trilogía cuyas partes están pensadas, respectivamente, para orquesta de cámara (Chain 1), para violín y orquesta (Chain 2) y para gran orquesta (Chain 3). Estas son las palabras de Lutoslawski respecto a Chain 2:

 

Compuse Chain 2 durante los años 1984-1985. El título de la obra alude a su forma. Durante los años recientes he estado trabajando sobre un nuevo tipo de forma musical que consiste en dos líneas estructuralmente independientes. Las secciones dentro de cada línea comienzan y terminan en momentos diferentes. Esta es la premisa bajo la cual elegí el término Chain (cadena). Ya había compuesto Chain 1 para un ensamble de solistas, pero esto no implica que las Chains formen parte de un ciclo. Se trata de composiciones totalmente independientes. Chain 2 está escrita en cuatro movimientos: Ad libitum, A battuta, Ad libitum y A battuta-Ad libitum-A battuta. En los movimientos Ad libitum, así como en la sección Ad libitum del cuarto movimiento, el elemento del azar juega un papel al interior de parámetros fijos. Esta ha sido una característica de mi estilo de composición desde 1960, y siempre ofrece nuevas posibilidades. Sin embargo, en años recientes he estado más preocupado en darle forma a la altura del sonido (melodía, armonía, contrapunto) que en la organización del tiempo. En mi opinión, la escala tradicional con sus doce notas aún no ha sido totalmente explotada en términos de armonía. Creo que hay aún muchas posibilidades por descubrir, independientes de la técnica dodecafónica de Schoenberg.

 

Los conceptos del compositor y del intérprete hasta aquí citados pueden ser una buena guía para la audición de Chain 2. El primer movimiento de la obra puede dar la impresión de una fantasía o un capricho, aunque de cualidades altamente organizadas. El segundo movimiento tiene por momentos el espíritu de una toccata concertante, y está permeado de una expresividad depurada pero intensa. En el tercer movimiento Lutoslawski plantea un discurso sonoro robusto y contundente, lleno de asombrosos toques de color (tanto en la orquesta como en el violín solista); se trata, además, de un movimiento de grandes contrastes. El movimiento final se caracteriza en sus primeras páginas por un sólido impulso motor y por una refinada filigrana en la orquestación. En su sección central se puede apreciar sutilmente la libertad de parámetros a la que se alude arriba. De vuelta a la escritura fija, Lutoslawski resuelve la obra con un breve y enérgico episodio final.

Chain 2 surgió de un encargo del músico y promotor suizo Paul Sacher, a quien está dedicada la partitura. El propio Sacher dirigió el estreno absoluto de la obra al frente del Collegium Musicum de Zürich, con la formidable violinista Anne-Sophie Mutter como solista. El estreno ocurrió en la ciudad de Zurich el 31 de enero de 1986. Chain 2 fue estrenada en México el 3 de junio del año 2000, con Arón Bitrán como solista y la Orquesta Filarmónica de la UNAM dirigida por Akira Endo.

 

BÉLA BARTÓK  (1881-1945)

 

Concierto para orquesta

                Introducción

                Juego de los pares

                Elegía

                Intermezzo interrumpido

                Final

 

Es un hecho evidente que Béla Bartók pasó los últimos años de su vida en un triste estado de salud, y un peor estado financiero. Sobre lo que existen versiones contradictorias es sobre la reacción de la comunidad musical ante su situación. Hay quienes afirman que, además de la enfermedad y la privación, Bartók tuvo que soportar la indiferencia de sus colegas. Otras versiones, sin embargo, apuntan hacia el hecho de que muchos músicos notables hicieron todo lo posible por aliviar las penurias del compositor húngaro, quien aun en situaciones extremas se resistía a aceptar favores.

 

Así pues, hacia 1943 Bartók se hallaba enfermo y sin dinero. Para aliviar un poco su precaria situación, Serge Koussevitzki le encargó una obra nueva, por la cual habría de pagarle mil dólares. Este encargo fue hecho a sugerencia de Joseph Szigeti y Fritz Reiner, y la idea era que Bartók compusiera una pieza a la memoria de Natalie Koussevitzki, la recientemente fallecida esposa del afamado director de orquesta. Resulta claro que el encargo surtió efecto casi inmediato: Bartók fue dado de alta del hospital en el que estaba internado y su salud mejoró notablemente. Entonces, revitalizado por el encargo, compuso el Concierto para orquesta entre el 15 de agosto y el 8 de octubre de 1943. Sobre algunas cuestiones de forma, contenido y sonoridad del Concierto para orquesta, he aquí las palabras del propio compositor:

 

El ambiente general del Concierto representa, aparte del jocoso segundo movimiento, una transición gradual entre la seriedad del primer movimiento y lo lúgubre del tercero, hasta la afirmación vital del último.

 

En este breve párrafo es posible detectar, quizá, la convicción de Bartók en el sentido de que el encargo de esta obra hizo mucho por prolongar su vida. En otra parte, el compositor comenta lo siguiente sobre su Concierto para orquesta:

 

El título de esta obra orquestal cuasi-sinfónica se explica por la tendencia a tratar instrumentos individuales o grupos de instrumentos en una forma solista o concertante. El tratamiento virtuosístico aparece, por ejemplo, en las secciones fugadas del desarrollo del primer movimiento (en los metales) o en los pasajes a modo de perpetuum mobile del tema principal del último movimiento y, especialmente, en el segundo movimiento, en el que parejas de instrumentos aparecen consecutivamente con brillantes pasajes.

 

Sin duda, Bartók hizo bien en destacar el asunto de las parejas del segundo movimiento, cuyo título original es Gioco delle coppie, y que representa el mayor atractivo sonoro de la obra. En este movimiento el compositor plantea la entrada sucesiva de pares de fagotes, oboes, clarinetes, flautas y trompetas con sordinas, que tejen interesantes melodías en movimientos paralelos; lo más llamativo del asunto es que cada pareja de instrumentos trabaja ese discurso melódico paralelo en un intervalo distinto, con lo que Bartók logra efectos armónicos muy interesantes. En el cuarto movimiento, además de la afirmación vital a la que Bartók se refiere, se esconde un interesante asunto musicológico, que tiene que ver con el origen del tema principal. Algunos analistas dicen que el tema en cuestión es muy similar a uno de los temas de la Séptima sinfonía, Leningrado (1941), de Dmitri Shostakovich (1906-1975). Otros, sin embargo, afirman que el tema es una vieja tonada vienesa de cabaret que aparece citada en la partitura de la opereta La viuda alegre de Franz Léhar (1870-1948). Con la intención de aclarar este punto, Peter Bartók, hijo del compositor, afirmó que en realidad todo aquello era cierto: que el tema sí era una canción de cantina, que sí aparecía en la obra de Léhar, que sí había sido citada por Shostakovich, y que su padre conocía bien toda la historia musical de la melodía. Sea como fuere, si la intención de la cita fue la de homenajear a Shostakovich, esto no haría más que aumentar la estatura musical y humana de Bartók, a través de su reconocimiento a la grandeza de uno de sus más importantes contemporáneos.

 

El estreno del Concierto para orquesta estuvo a cargo de la Orquesta Sinfónica de Boston, dirigida por Koussevitzki, y se realizó el primero de diciembre de 1944 con un éxito completo. Poco después del triunfo de su Concierto para orquesta, Bartók recibió varios encargos más, pero la leucemia pudo más que el impulso creativo: el compositor murió el 26 de septiembre de 1945, menos de un año después del estreno de esta popular obra suya y sin poder terminar las obras que le habían sido encomendadas.